miércoles, 14 de julio de 2010

Envidia.


Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
Huyo un día, y ella no desistía, dos días y nada...En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:

- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No he tenido este precedente con nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No
- ¿Yo te hice algún mal?
- No
- Entonces, ¿Porqué quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar...

Esta última frase nos invita a pensar en la razón por la que muchos de nosotros nos hemos preguntado ¿Porqué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?...sencillo, porque no soportan verte brillar. La envidia es el peor sentimiento que puede sentir el ser humano.
Es bueno recordar que aunque nos hieran, no podrán tocarnos, porque nuestra luz seguirá intacta, nuestra esencia seguirá por siempre, pase lo que pase.

martes, 13 de julio de 2010

LA ROJA.





Nada está escrito, nada es imposible, ni siquiera posible... todo depende de nuestra voluntad, de esas fuerzas que nos salen de adentro, decir de adentro es decir que podemos afrontar cada desafío. Gracias.

¿Valores?.

Podrían ser cualidades, costumbres, mitos, pero lo que sí, es que cada quién como individuo elige los valores que quiere mostrar ante una sociedad que juzga; porque no mencionarlo, la falta de valores, pero; ¡Quién decide que es los que esta bien o está mal! pero ¿es alguien tan perfecto como para poder juzgar a los demás por sus actos y falta de valores, sin caer en los mismos errores?, creo que la respuesta a estas preguntas es que cada quien cree lo que quiere en la vida y para eso hay opciones.

Hay quienes se basan en los valores humanos, que sólo perseveran buscando la estabilidad y el reconocimiento ante una sociedad que no perdona y sólo tiene memoria para recalcarte tus errores sin ver tus aciertos, que no respeta tu libre albedrío , que sólo enjuicia, dice y trata de lo que esta bien o está mal, sin tomar en cuenta causas y efectos, los valores humanos fallan porque no hay nadie perfecto, ni esa persona en la que tanto confías porque como todo ser humano en algún momento deja todo por nada, falla y comete errores, por lo cual poco a poco va hacia la decadencia, al creer que no hay quien merezca tu ilusa perfección, pero los seres humanos también culpan al otro de sus errores, de su desequilibrio, siendo que el equilibrio es uno mismo; pero no, la sociedad solo juzga y pide cuentas.

Pero también hay quien cree en el valor espiritual, en el que hay un ser supremo que te guía y sabe que existe un destino, en el que hay miedos, pero en el que hay que recorrer los caminos solo con fe, en el que nuestro ser supremo olvida y perdona y respeta nuestro libre albedrío, que entiende nuestras necesidades de ser escuchados y de afecto, el que no modifica sus valores porque todos llevan a una meta. Ese ser supremo en el que se cree pregunta el ¿por qué?, no tiene juicios, tiene preguntas.

Así cada persona tiene los valores que demuestran realmente en sociedad y no de los que algunos se mofan pero en realidad carecen…

Cambios.

Debo aceptar que a quien le agrado hoy, no tengo por qué agradarle mañana. Y eso no tiene por qué ofenderme si lo acepto. Si acepto que a veces las personas no pueden dar más. Si acepto que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo y a que yo ya no le guste. Si acepto que quien amo, tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mi no me satisfagan.

Actitudes.

Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras, se topó con una puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían 1.000 perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco apoco.. Los 1.000 perritos hicieron lo mismo. Posteriormente, sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1.000 perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para si mismo: "Qué lugar tan agradable... Voy a venir más seguido a visitarlo!
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró entrando al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, éste perrito al ver a los otros 1.000 perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente, empezó a gruñir; obviamente, vio como los 1.000 perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros 1.000 perritos le ladraron también. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: "Qué lugar tan horrible es éste... Nunca más volveré a entrar allí! En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía:

"La casa de los 1.000 espejos.
Todos los rostros del mundo son espejos"


Decide cual rostro llevarás por dentro y ese será el que mostrarás. El reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás.

Valor.

El valor de una persona no se mide por las veces en que lo derriban, sino por las veces en que se levanta y sigue hacia adelante.